Miércoles 26 y Jueves 27 de abril, 2017 Madrid
Mi comunicación en la MESA I: Intersecciones
entre género, clase social, edad, etnia, diversidad
funcional,orientación sexual y otras variables en los procesos de salud,
enfermedad y atención.
Hombres, salud e igualdad. De las conductas de riesgo a los malestares
inespecíficos.
Desde diversos estudios se ha podido observar como
la crisis económica iniciada en nuestro país en 2008 ha destapado ciertos mitos
y estereotipos que hacían del binomio capitalismo-patriarcado una combinación
casi perfecta, que en realidad jugaba a la contra de la sociedad en general, y
de los hombres en particular.
Con esos parámetros se daba por hecho que el hombre
trabajaba – mientras que la mujer cuidaba –, era el mito del macho proveedor.
Desde ese falso ideal, el hombre se definía a través de sus actos, de lo que
aportaba como trabajador. Esto ha implicado que actuara con ciertas conductas
de riesgo, con una serie de características estereotipadas que se le presuponía
al prototipo de hombre ideal, puesto que debía demostrar su capacidad de
aguante, su fortaleza, su insensibilidad, etc. Poniendo en peligro su salud
física y mental, y sacrificando aspectos como sus emociones o su vida familiar
(con elementos como la crianza que aportan un valor afectivo).
Esta situación se puede observar objetivamente a
través de dos elementos de valoración. Por un lado, la mayor esperanza de vida
de las mujeres frente a los hombres; y por otro, la escasa presencia de
pacientes masculinos, en edad laboral, en los servicios de atención primaria.
Pero toda esta situación estalla con la crisis
económica, una crisis vinculada en nuestro país con el estallido de la llamada
“burbuja inmobiliaria” y que afecta a sectores laborales altamente
masculinizados como el de la construcción.
A través de diversas investigaciones se van
descubriendo como los hombres, en muchas ocasiones se quedan sin empleo
mientras sus parejas femeninas siguen trabajando, lo que desmonta el mito del
macho proveedor.
Así mismo, empiezan a acudir a los centros de
atención primaria expresando una sintomatología que el personal sanitario
(médicos-as, enfermeros-as, trabajadoras sociales, psicólogos-as, etc.) ha definido
como “malestares inespecíficos.” Que forma parte del duelo por el desapego con
elementos tradicionalmente concomitantes a la definición de macho.
A partir ciertos estudios y ciertas experiencias, se ha observado cómo es
posible recoger ese malestar para, analizando el engaño en el que han vivido,
reconstruirse como hombres desde parámetros feministas y de igualdad.